Una imagen del Monólogo de Susana San Juan. San Gabriel, Jalisco
Seis de la mañana. Arrumazado. Rulfo centenario.
Creo, como otros, que su alucinante Pedro Páramo dio inicio en español a otro
modo de ficción: la geografía desolada que América lleva en el alma. Nos dio,
además, una lección de estilo. Nadie, antes, en una novela, había deambulado
así por nuestros mitos.
Los buenos poemas que uno solo de sus personajes (Susana San Juan) ha
producido en excelentes plumas, dan un ejemplo de su legado. Iba a buscar uno
de esos textos para ponerlo hoy, pero me apareció primero otro. Y es un fragmento de ese otro, lo que acá pongo para celebrar los cien años de Juan Rulfo:
No
cometeré la torpeza
de ponerme
a elogiar a Juan Rulfo
sería como
ponerse a regar el jardín
en un día
de lluvia torrencial
una sola
verdad de Perogrullo
perfección
enigmática
no conozco
otro libro + terrible
Pedro
Páramo dice Borges
es una de
las obras cumbres
de la
literatura de todos los tiempos
y yo le
encuentro toda la razón
(…)
Fumaba
tanto o más que la Mistral
algo que a
mí me pone los pelos de punta
soy
asmático de nacimiento
por eso
nunca pude hablar con él
se me
acercó una vez en Viña del Mar
a
felicitarme x un poema que no era mío
no supe
qué decirle
me
confundí
y el pobre
Juan también se confundió
primera y
última vez
no
volvimos a vernos nunca +
hasta este
momento
en que él
me sonríe desde Comala
(Nicanor Parra, en su discurso de recepción del
premio Juan Rulfo, 1991)
P.S: Finalmente, hallé a Susana en este texto
que Eduardo Mitre pone en la pluma de Alejandra. Es un telegrama:
Dime,
hermana Susana San Juan:
¿A quién
encontraste, quién estaba
Al lado o
debajo de tu nombre,
En la almohada
de piedra y noche?
¿Te
sucedió igual que a mí?
Responde.
Alejandra
Pizarnik
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Feliz cumpleaños, querido Rulfo.