domingo, 19 de julio de 2015

El incierto futuro de la democracia



-¿Qué nos pasó?
-Nadie lo sabe, Turco, y por no saberlo, nos seguirá pasando.

Al anotar ese breve diálogo entre el Turco y su maestro Toto de Lima, se me ocurre decir algo que por obvio se nos olvida: el país se vino abajo porque estaba mal construido. Corrijo: no es obvio para todos. Muchos hilan en las nubes.

Ayer, por cierto, le referí a un amigo las lúcidas palabras de un político que, en su momento, seguramente no llegaron a suscitar mayor preocupación, ni siquiera en su entorno partidista más cercano. Ese político, que no era precisamente un “profeta del desastre”, expresó sin rodeos: 

La democracia venezolana tiene un pasado digno, pero un porvenir incierto, porque no ha descubierto la manera de ser fuerte frente a los vicios inherentes a nuestra comprometedora prosperidad financiera y a nuestras descuidadas tradiciones cívicas”.  

Es Gonzalo Barrios en 1977, respondiendo una pregunta de Alicia Segal para su libro La venedemocracia (Monte Ávila, 1978).
 
Sin duda, Barrios no hilaba en las nubes. 

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