lunes, 11 de enero de 2016

Boersner


Demetrio Boersner
 
Me entero por el Facebook de Juliana Boersner que murió su padre. Lo informa en un breve post, conmovedor y hermoso, a la vez.  

Solía seguir sus opiniones gracias a la estupenda columna que hasta hace muy poco mantuvo en Tal Cual. Y ahora que lo digo, creo que pocas veces Demetrio Boersner dejó de escribir para la prensa. Fue un intelectual sin estridencias, lúcido y constante. Sus artículos, que ojala pronto se recojan en volúmenes, expresan esas cualidades cada vez más infrecuentes. 

Me vienen a la memoria dos viejos recuerdos personales: una clase suya en un seminario de la UCV. Era sobre el nazismo. Lo oigo aún, pausado y claro en su discurso. No se me olvida la descripción que hizo del ascenso de Hitler, desde una cervecería de Múnich hasta su oprobioso dominio en Berlín. Creo que la clase la oímos juntos Ramón Guillermo Aveledo y yo. Salimos repitiendo frases de Boersner. Nuestra admiración había aumentado.  

El otro recuerdo es anterior: mi primera lectura de un artículo de Boersner, en el diario La República, dedicado al socialismo democrático. Debió ser en 1965. Me ganó su claridad. Desde entonces me acompaña la imagen de un hombre moderado, límpido y fiel a unos principios. Que en paz descanse.  

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