miércoles, 23 de abril de 2014

De lo que le pasó a la ciencia de la escritura andante


Antonio Saura
 
 
Las del alba serían cuando leí cuanto sigue: 

“…es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que le envíe, para quitar el amago y la náusea que ha causado otro Don Quijote que, con nombre de segunda parte, se ha disfrazado y corrido por el orbe; y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la Historia de Don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo a ser el rector de tal colegio. Preguntéle al portador si Su Majestad le había dado para mí alguna ayuda de costa. Respondióme que ni por pensamiento. ´Pues, hermano –le respondí yo-, vos os podéis volver a vuestra China a las diez, o a las veinte, o a las que venís despachado, porque yo no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje; además que, sobre estar enfermo, estoy muy sin dineros, y, emperador por emperador y monarca por monarca, en Nápoles tengo al gran conde de Lemos, que, sin tanto titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la que yo acierto a desear.´Con esto le despedí, y con esto me despido, ofreciendo a Vuestra Excelencia Los trabajos de Persiles y Sigismunda, libro a quien daré fin dentro de cuatro meses, Deo volente (…) De Madrid, último de octubre de mil seiscientos y quince. Criado de Vuestra Excelencia. 

Miguel de Cervantes Saavedra”

¡Feliz día a todos los autores, lectores, libros y libreros!

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