Juan Gelman y su esposa. México DF. Una de las últimas fotos del poeta
Cuatro de la mañana. “Siento un poco de frío”.
Por lo ocurrido anoche acá, como el Descartes de Borges en La cifra, también
podría decir que siento “un poco de miedo”. Ayer creció el número de jóvenes
asesinados en la calle. Y el país en vilo.
Infortunadamente, parece que esto no termina
todavía.
Recuerdo a Juan Gelman y convengo en que
también, como él, hace muchas décadas, puedo contrariar al famoso y adorado
tango:
Habrá más penas y olvidos.
--
Sentado al
borde de una silla desfondada,
mareado,
enfermo, casi vivo,
escribo
versos previamente llorados
por la
ciudad donde nací.
Hay que
atraparlos, también aquí
nacieron
hijos dulces mios
que entre
tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que
aprender a resistir.
Ni a irse
ni a quedarse,
a
resistir,
aunque es
seguro
que habrá
más penas y olvido.
(Juan Gelman, Mi Buenos Aires querido, Gotán, 1962)
--
Seis de la mañana. Me asomo al balcón. Sí, “el
infinito ataca, pero una nube salva” (René Char citado por Juarroz).
Cantan mis pájaros queridos.
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