Federico II de Suabia
Al coloquio de los pájaros llegó el halcón y
dijo estar conforme con su vida. De la alcándara a la mano del rey y de la mano
del rey hacia los cielos, pasó los días el raudo torbellino de Noruega, hasta que dijo:
“¿Para qué quisiera yo ver al Simurg, ni
siquiera en sueños? La mano del rey me es suficiente”.
Aclaró la mañana, cantaron otros pájaros y el
libro de los persas acogió estas palabras:
“Tú, que los conoces, sabes que es mejor vivir
lejos de los reyes. No es rey el que manda. Lo es el que concilia”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario