Spinoza, por Joaquin Sorolla
Tanto en su Ética como en su Tratado teológico-político, Spinoza abogó por la tolerancia, pero fue víctima de su contrario en el ámbito religioso que le resultaba más cercano. Incomprendido por muchos en su tiempo, adoptó un modo geométrico que era también –y sobre todo- un modo poético. Esta última idea es de Henri Meschonnic, quien en su libro Spinoza, poema del pensamiento (Cactus y Tinta Limón, Buenos Aires, 2015.) afirma que a muchos de sus estudiosos, por no atender al tema del lenguaje en su obra, se les escapa esta dimensión poética de la calculada geometría spinoziana.
Como se sabe, los modos
poéticos de los filósofos también incordian. Y más, si son geométricos. Sin
haberlos desarrollado todavía, quien habría de ser un estupendo pulidor de
lentes, exacerbó al poder religioso, y a los 24 años de edad, sin que se
supieran con certeza las razones, fue execrado por la ortodoxia, mediante la
más inclemente de las excomuniones: nada menos que “el jerem”. Para oprobio de
sus redactores, recordemos algunas líneas de ese monumento de la intolerancia:
“Por la decisión de los ángeles, y el juicio de los santos,
excomulgamos, expulsamos, execramos y maldecimos a Baruch de Spinoza, con la
aprobación del Santo Dios y de toda esta Santa comunidad, ante los Santos
Libros de la Ley con sus 613 prescripciones, con la excomunión con que Josué
excomulgó a Jericó, con la maldición que utilizo Eliseo contra los niños y con
todas las execraciones escritas en la Ley. Maldito sea de día y maldito sea de
noche; maldito sea cuando se acuesta y maldito sea cuando se levanta; maldito
sea cuando sale y maldito sea cuando regresa. Que el Señor no lo perdone. Que
la cólera y el enojo del Señor se desaten contra este hombre y arrojen sobre él
todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley. El Señor borrará su
nombre bajo los cielos y lo expulsará de todas las tribus de Israel
abandonándolo al Maligno con todas las maldiciones del cielo escritas en el
Libro de la Ley. Pero vosotros, que sois fieles al Señor vuestro Dios, vivid en
paz. // Ordenamos que nadie mantenga con él comunicación oral o escrita, que
nadie le preste ningún favor, que nadie permanezca con él bajo el mismo techo o
a menos de cuatro yardas, que nadie lea nada escrito o trascripto por él”.
Años después, Spinoza escribirá en su Ética:
“…no tenemos la potestad absoluta de amoldar según nuestra
conveniencia las cosas exteriores a nosotros. Sin embago, sobrellevaremos con
serenidad los acontecimientos que nos sean contrarios…”
Él lo hizo y nos dio el
ejemplo de su dignidad. En su escritura "geométrica” habitaba un poeta.
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