Al enterarme hoy del doloroso suicidio del chef Anthony Bourdain,
en Estrasburgo, busqué su magnífico libro Confesiones de un chef y leí:
“…quiero hablar de las oscuras y
recónditas entrañas del restaurante. De una subcultura cuyos siglos de
jerarquía militarista, entresijos, granujerías y vejaciones consiguen hacer una
mezcla de orden inquebrantable y caos, que destroza los nervios… En esa vida
estoy a mis anchas. Hablo su jerga. En
la pequeña e incestuosa comunidad de chefs y cocineros de la ciudad de Nueva
York conozco a la gente, sé cómo conducirme (todo lo contrario que en la vida
real, donde me siento en medio de arenas movedizas)…”
Que descanse en paz el alma de Anthony Bourdain (1956-2018)
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