jueves, 6 de marzo de 2014

El estadio del espejo, según Marx






Esta mañana estaban los hermanos Marx en la tele. Vi sólo una escena, pero ¡qué escena! Era la famosa del espejo.

Groucho está frente a sí mismo y se mira como si fuera otro.

Se retira, y trata de sorprenderlo, pero nada. "El otro” sigue haciendo, con pasmosa exactitud, las mismas payaserías, iguales morisquetas.

En eso pasan varios minutos, hasta que, de pronto, nos damos cuenta de que el sombrero que tiene Groucho es blanco y que el del “otro” es negro.

Al final, Groucho (“el de caliente sangre”, diría Borges) se mete en el espejo, y para su sorpresa y la nuestra, aparece un tercer Groucho, que termina de complicarlo todo.

Un tercer Groucho buscaremos” habría dicho con antelación el mismo Borges, siempre fascinado ante los juegos abismales de la irrealidad.

(La película es, como se sabe, Sopa de ganso, una maravilla que en nuestro idioma llamaron Héroes de ocasión, burla soberbia sobre el poder de los empecinados. La escena del espejo es, sin duda, un detalle magistral)

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