lunes, 5 de mayo de 2014

Diálogos y soliloquios (según espíritu y letra de Machado y García Bacca)



Dos vueltas al parque, Machado y García Bacca:

Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía.
Después soñé que soñaba.
 
En una de sus incisivas glosas a ese cantar, García Bacca le habla a Venezuela, así:

“ANTES DE AYER (…) supimos los venezolanos que nos veíamos y supimos que nos hablábamos, y supimos –con saber de personas que se miran cara a cara, a los ojos- que nos entendíamos. Y a lo que nos oíamos decir, y en lo que nos entendíamos, puesto quedó por escrito. Y fue nuestro Evangelio: la Buena Nueva de nuestra resucitada Democracia. 

AYER… ya sólo, soñábamos que nos habíamos oído, hablado y entendido. Ayer, era ya sueño que nos habíamos hablado de nuestra democracia y que nos habíamos entendido como demócratas, que nos habíamos mirado a los ojos y, en tal mirada, reconocido todos como demócratas.

¿Después -¿ahora?- soñé que soñaba?  

Mientras conservemos, aunque sea reducido a ensueño, eso de que Democracia es –aparte de definiciones jurídicas o políticas- una forma de vida social en que los hombres se miran a los ojos, se hablan, se oyen y comienzan o terminan por entenderse, siempre será posible que se cumpla, trastocando debidamente algunas palabras, aquella otra coplilla de Machado: 

Anoche soñé que oía
a Dios gritándome: ¡Alerta!
Luego, era Dios quien dormía
y yo gritaba: ¡Despierta! 

¿Quién despertará con un ¡Alerta! a nuestra democracia dormida, soñante y delirante? Pero, si llegare a dormirse el Demócrata que de nuestros sueños y pesadillas nos despertara, ¿quién le gritará: ¡Despierta!”

Al comienzo de su glosa, García Bacca lo había dicho. Y ahora lo exclama:

“¡Lo que va antes de ayer a ayer y de ayer a hoy, en todo: en religión y en política!”
--

En otra ocasión recordó el maestro que, quien le habla al Hombre, “sin haber antes hablado, -visto, oído-, a un hombre; y peor aún, al que pretenda hablar a ese no hombre que es Dios”, le ocurrirá que su diálogo soñado no será más que un soliloquio real.

Hoy, desde las luminosas páginas machadianas de García Bacca, uno echa de menos los viejos debates de anteayer y la perdida disposición a oírnos de verdad, antes de pretender hablar a otros y por otros.

2 comentarios: