domingo, 3 de diciembre de 2017

Milena Cadenas



Milena Cadenas, con Cuchi. Barqusimeto, 13 de septiembre de 2015

03-12-17
: Seis de la mañana. Nubes sobre el valle. Abro Memorial, de Rafael Cadenas, y leo la dedicatoria: “A Milena”. Paso las páginas y encuentro:

para ti el centro del fruto, lo irreductible,

para ti lo que el miedo no puede rozar,

para ti cuanto escapa a las venas del tiempo
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Recuerdo que en una de las magníficas conversaciones que tuvo con el poeta, María Ramírez Ribes comenzó describiendo la casa y decir  “casa” era decir Milena:

Rafael Cadenas vive en La Boyera, en un apartamento pequeño, que desborda de objetos también diminutos. La escenografía es obra de Milena (…)



La presencia enriquecedora de Milena está en todos los detalles: matas cuidadas con esmero, cafeteras de peltre pintadas a mano con colores vivos; cerámicas y dibujos que siempre tienen como tema al hombre y su ambiente. Los muebles de ratán, sumamente sencillos, infunden calidez al ambiente. Altas pirámides de libros están recogidas en pequeños estantes de madera natural y una mesita y una máquina de escribir se mezclan con helechos, ficus, palmeras; todo un jardín tropical. Además de tomates, cilantro, mostaza, yerbabuena cultivadas en macetas”.
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¡Qué tristeza! Ayer murió la jardinera…

Tú y ella llevando una antigüedad repentina,/ tú y ella de vuelta al lugar que los aúna,/ suplican al tiempo que no entre donde viven.

Ahí, en Epitalamio, poema de Sobre abierto, me detengo. Sé que ella lo mira, lo está mirando en la página siguiente.

Esos ojos, como los manuscritos, iluminan su vida.  

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