El retrato de Gil de Castro
Que no tenía tan buena
educación, dijo de él Mr. de Mollien, en un artículo publicado por el Morning Chronicle. En carta dirigida al
general Santander el 20 de mayo de 1825, el ilustre afectado le respondió al
inglés en estos términos:
“Lo que dice de mí es vago, falso e injusto. Vago porque no asigna mi
capacidad; falso porque me atribuye un desprendimiento que no tengo; e injusto,
porque no es cierto que mi educación fue muy descuidada, puesto que mi madre y
mis tutores hicieron cuanto era posible porque yo aprendiese: me buscaron
maestros de primer orden mi país. Robinson, que Ud. conoce, fue mi maestro de
primeras letras y gramática; de bellas letras y geografía, nuestro famoso
Bello; se puso una academia de matemáticas sólo para mí por el padre Andújar;
que estimó mucho el barón de Humboldt. Después me mandaron a Europa a continuar
mis matemáticas en la academia de San Fernanrdo; y aprendía los idiomas
extranjeros, con maestros selectos de Madrid; todo bajo la dirección del sabio
marqués de Uztaris, en cuya casa vivía. Todavía muy niño, quizá sin poder
aprender, se me dieron lecciones de esgrima, de baile y de equitación.
Ciertamente que no aprendí ni la filosofía de Aristóteles, ni los códigos del
crimen y del error; pero puede ser que Mr. de Mollien no haya estudiado tanto
como yo a Locke, Condillac, Buffon, Dalambert, Helvetius, Montesquieu, Mably,
Filangieri, Lalande, Rousseau, Voltaire, Rollin, Berthot y todos los clásicos
de la antigüedad, así filósofos, historiadores, oradores y poetas; y todos los
clásicos modernos de España, Francia, Italia y gran parte de los ingleses. Todo
esto lo digo muy confidencialmente a Ud. para que no crea que su pobre
presidente ha recibido tan mala educación como dice Mr. de Mollien; aunque, por
otra parte, yo no sé nada, no he dejado, sin embargo, de ser educado como un
niño de distinción puede ser en América bajo el poder español”.
La justificada ufanía del
autor de la carta, por la educación que recibió tanto en Caracas como en la capital del
Reino, me parece que no ha sido muy reivindicada por quienes en los últimos
tiempos se han apoyado anacrónicamente en Simón Bolívar para casi todo.
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