Degas. Clase de baile
Al hablar de prosa y
verso, Alfonso Reyes, en su inolvidable ensayo “Apolo y la literatura”, recordó
al Libertador. Tenía que ser Reyes, con su inmensa cultura y capacidad para
asociar lo que para muchos no es asociable, quien se acordara de aquellas
instrucciones en las que Simón Bolívar afirma con acierto y belleza que “el
baile es la poesía del movimiento”. El caraqueño hablaba de la educación de un
sobrino (Fernando), y el mexicano, de la palabra poética. Reyes aprovechó la
frase de Bolívar para decir:
La poesía es el baile
del habla
De ese baile, no excluyó
a la prosa:
Ni verso ni prosa literarios pueden confundirse con el habla
común. No es verdad que Monsieur Jourdain hablara en prosa: hablaba en
coloquio, que es distinto.
En precisas y elegantes
líneas, como siempre, Reyes traza el cuadro íntegro de lo que otros creen
reservado a los tratados y nos dice lo que pasa con la noción de prosa y su sentido
literario. Le bastan tres palabras para hacerlo: “Supone un descubrimiento”. Y remata el párrafo con uno de sus naturales
asomos de erudición amable: “En nuestra cultura occidental lo debemos a
Empédocles, a Gorgias, a los primeros retóricos sicilianos”.
Al final del ensayo
vuelve aquella frase y por segunda vez baila Bolívar en la prosa de Reyes:
No perecerá la poesía, danza de la palabra. Mientras exista
una palabra hermosa, habrá poesía.
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