Seis de la mañana y las
canciones de amor de Sancho Panza. Empecé la jornada con Rostros del reverso, el
magnífico diario de Lorenzo García Vega, que, Dios me perdone, me olvidé de
incluir (y hasta de mencionar, lo que es el colmo) en el taller sobre
escrituras íntimas. Lo abrí al azar y me dejé llevar por un viejo subrayado.
Ahí estaba Gastón Baquero, en la entrada del seis de diciembre de 1968,
relatándole a García Vega, en Madrid, la génesis de su Madrigal para Nefertite:
Gastón habla, corta las frases, con vigor, pero con cubana
socarronería: es como si Cocteau se hubiera disfrazado de general haitiano.
La cita de unos versos
de Baquero me condujo a la antología de sus poemas. Es, justamente, en sus
páginas donde estoy ahora. Releí el Madrigal
para Nefertite, por supuesto, y el deslumbrante y divertido Memorial de un testigo, con sus “rostros
del reverso”, para usar la estupenda frase de García. Quise anotar algo sobre
las líneas de los tulipanes que adornan la ventana de Baquero y que él no
recordaba si le fueron regalados por Cristina de Suecia o por Eleonora Duse,
pero me detuve en las “mudas endechas” de amor que el joven Sancho le enviaba a
Teresa, llenas de gracia y de “allegrezza”. Que lo digan esta carta de celos
(no siempre estaba Sancho pleno de "contentura") y la nota que al
final puso Baquero, encantadora también:
“Celos
No quiero que mires
al Illán de Vargas.
Si te da quesillos,
si la miel te lleva,
si los berros frescos
en tu casa deja,
no quiero que mires
al que va diciendo
que tú eres su novia
y yo su burlanza.
Si me dan desdenes
por Illán de Vargas,
romperé a puñadas
la cerca de piedras,
y echaré a los aires
a esos pajaritos
que tanto tú quieres:
el sacre de nieve
y el neblí de llama.
No quiero que mires
al Illán de Vargas,
o tendré que irme
de nuevo a las cuevas
¡a purgar desdenes
con ciruelas pasas!
--
Nota:
En la canción de Lope titulada ‘Murmuraban al poeta la parte
donde amaba, por los versos que hazía’, aparecen estos versos: ‘Que Amor es un
compuesto de accidentes. A quien los celos dan chanzas corrientes. Y Fénix de
sus brasas, purga desdenes con ciruelas pasas’. Ese sacre y ese neblí, con
otras aves que aparecen en otras canciones de esta serie, están tomados de
Góngora; lo mismo quesillos”.
(Gastón Baquero. Canciones
de amor de Sancho a Teresa)
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