Alí Lameda
Seis de la mañana y un poeta olvidado. Su libro interminable, casi no leído todavía.
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Reunidos
en torno de un fogón de muriente
lumbre,
los impasibles caciques terrenales
esperan…
(…)
¿No véis
la tenebrosa columna funeraria
avanzando,
el saliente de una quilla
que aguda
rompe el himen del agua…?
(…)
Volved al
día (…)
… pues
apenas vuestro martirio empieza
Alí Lameda
(Los
caciques meditan en El corazón de Venezuela)
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