martes, 6 de septiembre de 2016

Un guerrero del teclado hace inventario de la "tolerancia"


Karl Kraus con un amigo

Sobre Karl Kraus: 

Rara vez ha existido una identificación tan completa entre un escritor y su obra. Kraus vivía para sus escritos y organizó su vida en torno a su obra: para él no había sacrificios personales demasiado grandes. El mismo se refería a ello como la “manera invertida de vivir”, durmiendo por el día y trabajando toda la noche. Que una actividad satírica de esa índole pudiese ser físicamente peligrosa lo indicó en la primera “declaración de cuentas” trimestral de la Fackel, en la que se incluye el irónico registro siguiente: 

Cartas anónimas injuriosas………  236
Cartas anónimas de amenazas….    83
Asaltos……………………………………       1 

Sólo un hombre con una personalidad muy diferente a la ordinaria podía consumir casi cuarenta años de su vida de esa manera. Por algo Theodor Haecker en su monografía de 1913, Sören Kierkegaard y la filosofía de la espiritualidad, parangonó a Kraus con el propio Kierkegaard. 

(Allan Janik y Stephen Toulmin en La Viena de Wittgenstein)

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