Karl Kraus con un amigo
Sobre Karl Kraus:
Rara vez ha existido
una identificación tan completa entre un escritor y su obra. Kraus vivía para
sus escritos y organizó su vida en torno a su obra: para él no había
sacrificios personales demasiado grandes. El mismo se refería a ello como la “manera
invertida de vivir”, durmiendo por el día y trabajando toda la noche. Que una
actividad satírica de esa índole pudiese ser físicamente peligrosa lo indicó en
la primera “declaración de cuentas” trimestral de la Fackel, en la que se incluye el irónico registro siguiente:
Cartas anónimas
injuriosas……… 236
Cartas anónimas de
amenazas…. 83
Asaltos…………………………………… 1
Sólo un hombre con una
personalidad muy diferente a la ordinaria podía consumir casi cuarenta años de
su vida de esa manera. Por algo Theodor Haecker en su monografía de 1913, Sören
Kierkegaard y la filosofía de la espiritualidad, parangonó a Kraus con
el propio Kierkegaard.
(Allan Janik y Stephen
Toulmin en La Viena de Wittgenstein)
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